Recursos para el duelo IV: La música, lenguaje del alma

Hoy queremos hablar de la música como un recurso importante que puede acompañarnos en la vida. Y que, en tiempo de duelo, cobra un lugar importante como apoyo en nuestro caminar. En entradas anteriores hemos hablado de diferentes recursos que nos pueden ayudar en los momentos difíciles. La música es uno de ellos, que forma parte de nosotros y nos acompaña casi desde la Prehistoria.

La música siempre nos acompaña. Si echamos un vistazo a nuestra vida, nos damos cuenta de que está en nuestras vivencias, recuerdos, sentimientos y todos podemos hacer música de una u otra manera. Como otras disciplinas artísticas, procesamos la música en nuestra zona derecha del cerebro, el área de nuestro mundo emocional, lo que hace que el lenguaje de la música y todo lo artístico, esté plenamente ligado a nuestro sentir. La música es el lenguaje del alma, como dijo Platón: “La música da alma al universo, alas a la mente, consuelo a la tristeza, y vida y alegría a todas las cosas”

Y es que la música tiene efectos beneficiosos sobre la salud: puede aumentar nuestra energía y también relajarnos; reduce la presión arterial; nos hace vibrar y cambia nuestras constantes según lo que escuchamos. Este lenguaje va más allá de lo que las palabras y las imágenes pueden alcanzar, pues sus efectos nos comunican con la parte más interior de nosotros.

En el duelo, podemos contar con la música de muchas maneras: nos activa, relaja, emociona, sentimos y nos hace recordar. Al principio podemos buscar la música como un canal de expresión, para poner palabras a lo que nos cuesta decir y así, sentirnos comprendidos. Más adelante como una forma de activar recuerdos y tal vez de conectar con el amor que nos une al ser querido que ha muerto.

En los grupos Camino adelante de Vida y pérdida, la música siempre ha sido un elemento fundamental que se ha compartido y con el que hemos realizado actividades conjuntas en las que, a través de ella, se ha podido expresar y conectar con el cuerpo. A continuación, proponemos algunas maneras de beneficiarnos de la música durante momentos difíciles tras una pérdida significativa:

  • Escuchar música que nos ayude a expresar y poner palabras a nuestro dolor: La música tiene el lenguaje del corazón, activa y expresa directamente lo emocional, nos conecta con recuerdos, sensaciones. En los grupos hemos realizado una lista de aquellas canciones que los han acompañado en este camino y que compartimos en el canal de Vida y pérdida en Spotify: https://open.spotify.com/playlist/3zlokxtpmk0ZlQmMCM9SHa?si=f5be8602f56749f2

  • Escuchar música que nos recuerde y conecte con aquella persona especial: La música forma parte de nuestra vida y nos ayuda a conectar con nuestro ser querido y expresar sentimientos hacia él o ella. Podemos hacer una lista con aquellas canciones que hayan formado parte de nuestras vidas con la persona fallecida y escucharlas cuando uno lo necesite para recordar momentos especiales.

    “Escuchar música me costó mucho tiempo, ahora voy pudiendo y eso me ayuda”. Liz, madre de Nicolás.

  • Crear música y componer una canción: La música pone sentido a lo que queremos decir. Hacer esta actividad, ya sea en grupo o individualmente, es una forma especial de mostrar al mundo lo que supone para nosotros esa persona y dar voz a lo que estamos viviendo.

    “Acudir a conciertos, sentir las emociones a través de las canciones, encontrar palabras, e incluso componer una canción para Carlota. Ha sido clave para mí en mi duelo”. María, madre de Carlota.

  • Formar parte de alguna actividad musical en grupo o individual: podemos cantar en un coro, lo que nos conecta con las personas que cantas y también con las que te escuchan; o aprender a tocar algún instrumento como método de poner nuestra atención en algo que nos gusta y nos reporta un resultado que nos gratifica.

    “Pasar a formar parte de un coro me cambió la vida. Comencé a realizar una actividad nueva, que siempre me había gustado pero que no podría hacer sola: el coro me permitió cantar. El grupo era el lugar perfecto para sentirte acompañada por desconocidos que no te exigían nada”. María, madre de Virginia.

  • Poner en marcha acciones solidarias como un concierto benéfico y acudir en grupo a actividades musicales: Cuando nada tiene sentido, organizar una acción solidaria en forma de concierto puede ser nuestro un motor que nos empuje a continuar.

La música tiene un efecto sanador. Tras una pérdida importante, podemos sentirnos sin energía para escuchar o sentir la música, incluso sin voz para cantar, mas poco a poco, la música vuelve a nosotros como un canal liberador que nos permite integrar lo que no alcanzan las palabras.